En ella un queso manchego se debate entre salir adelante aceptando su condición o curarse hasta hacerse parmesano, luego descubre que siendo de Albacete no se puede ser Italiano y decide embalsamarse en aceite, en una clara referencia al personaje de Walt Disney.
Tras unos kilómetros de animada conversación me dijo que se llamaba Maruja Torpeda y que se dirigía a Villarrobledo, para confirmar su sospecha de que allí ni había Billar ni robles. Afortunadamente mi cámara capto la instantanea del momento…
Tras una larga recta y un periodo de descanso me dijo en tono enigmático “Tomás, soy la chica de la curva de Aljete, ve más despacio que nos la pegamos contra la fonda de luces de neón, “el mesón de
- ¿Cómo sabes que me llamo Tomás?, le dije yo
Al principio desconcertado me giré y entonces ella se pasó al asiento de atrás.
- ¡¡ Frena desustanciao !! que nos la pegamos….
- ¿Pero, qué?
Cuando me quise dar cuenta, ya era demasiado tarde…
Mi C-15 con sillones de leopardo y pegatina del Camarón, derrapó a
- Mierda, Tomás ¿eres tonto de nacimiento o por vocación?, ya es la tercera vez que me estampo en esta curva. Que una puede estar muerta, pero ya no está para estos chascarrillos…
Asombrado la miré y le dije mientras le colocaba la cabeza (que estaba cerca de la guantera) sobre los hombros…¿Maruja, estás bien? se te ha corrido el rimel.
- ¡¡ La virgen que ostión !! dijo Maruja, esto no está bien pagao la próxima vez me monto en un Pegaso, que por lo menos tiene la guantera más amplia, anda Tomás recogeme las orejas que se me han enganchao en el GPS.
Tras una acalorada discusión acerca de mi ineptitud para conducir vehículos distintos de una carretilla me exigió 50 € por haberme salvado la vida.
Es para mis gastos, allí en el mas allá la vida está por las nubes, ya sabes, no acepto talones y el Jueves hay un concierto de Elvis que acaba de llegar, todos estos años ha estado viviendo de incognito en Cuenca jajaja. ¿No es gracioso? Elvis en Cuenca, y yo que pensaba que en las Vegas había Glamour.
De repente, presa del pánico, cogí mi medallita de San Cristóbal y le lancé un exorcismo…
-Abandona este cuerpo, abandona pecaora
Después de echarme el pato encima del cassete del Cabrero, giró la cabeza 6 veces como una pirindola y desapareció….
Desde entonces cada vez que paso por una curva, me acuerdo de Maruja.
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